Superación
¿Cuántas veces te sientas en silencio y piensas cómo salir de donde estás? Mejor no contarlas, ¿verdad?
A mi últimamente me ocurre muy a menudo. Desde aproximadamente año y medio tengo la sensación de que en lugar de dedicarme a entrenar boxeo debería haberme centrado en aprender a abrir un paracaídas en plena caía libre a millones de kilómetros por hora. Esta caída, la mía, está siendo larga...¡y sin fin!. Y ojalá acabe cayendo de pie y salga airosa como las gimnastas después de haberlo bordado en el tapiz.
Si preguntas a cualquiera de mi entorno más cercano te hablarán de mi fuerza de voluntad. Me pregunto por qué lo de la fuerza de voluntad no aplica a todos los campos, porque la mía es selectiva. Yo soy la mejor en fuerza de voluntad para levantar el culo y salir a entrenar o cuidarme y decir no (no siempre, la verdad) a un helado de chocolate...es más, diría que tengo un Máster...¡y con nota!
He pensado que debería aplicar esa fuerza de voluntad a luchar por mí, por lo que yo quiero, a decidir y no depender de las decisiones de los demás. A saber decir ¡no!. A no darme por vencida.
Hoy ha sido la final de Nadal en Australia. Él me ha hecho pensar. Me ha hecho ver cómo siempre puedes superarte a ti mismo, que con trabajo, ganas y confianza en ti puedes hacerlo. Que los resultados no serán inmediatos, pero llegaran. Y que al final los que realmente te quieren estarán ahí aplaudiéndote, o simplemente estarán.
Hay que empezar desde ya. Es el momento, no hay que dejar pasar ni un día más. Ahora hay que coger impulso y para arriba. Retomar ilusiones, recuperarme al 100% y vivir. Al fin y al cabo esto no tiene ensayos y yo no podría morirme hoy porque me queda mucho por hacer, mucho por ver y mucho por querer.
Este es mi reto del 2017...casi en febrero....pero más vale tarde que nunca, ¿no?
Me embarco en mi aventura...TU, si, TU, ¿quieres subirte?