Rolling, rolling

Están los Rolling Stones; el temazo de Adele Rolling in the Deep; o ese estribillo maravilloso cantado por Tina Turner en Proud Mary que dice we're rolling, rolling, rolling, rolling on the river...y ¡cómo no!, también está el Rolling Foam.

¿No lo conoces? ¡Pues no sabes lo que te pierdes! Es un rodillo de espuma que, bien utilizado, hace maravillas  en la recuperación muscular. No solo es beneficioso, también es económico...y cabe en cualquier sitio.

Este rodillo de espuma ayuda a la auto liberación miofascial. Puedes encontrarlos lisos o con una especie de nudos y la técnica para utilizarlo es bien fácil. Solo tienes que deslizar tu cuerpo por el rodillo de una forma lenta y progresiva.

Puedes incluirlo dentro de tu rutina de estiramientos, e incluso cómo calentamiento para activar la circulación. En los estiramientos permite acabar con los nudos musculares, aunque donde estén las manos de un buen fisio que se quite todo lo demás. En resumen, conseguimos que el músculo se relaje, se facilita el estiramiento y mejoramos las zonas contracturadas.

El Rolling Foam actúa sobre la fascia que envuelve la mayor parte de estructuras y músculos de nuestro cuerpo. Está claro que si la fascia se ve afectada se perjudica el movimiento del músculo al que está recubriendo. Así que con estos masajitos se consigue solucionar estos problemas.

Como he dicho anteriormente es muy fácil de usar. Solamente tienes que colocar la parte afectada sobre el rodillo y rodar lentamente y de una forma controlada. La intensidad dependerá de tu propio peso corporal, así que tú determinas el nivel de presión. Y debes realizar varias pasadas.

Yo lo he descubierto no hace mucho. La sensación es muy buena y la verdad es que después del entrenamiento, sobre todo de pierna, una pasadita por el rodillo me mejora tanto que mi leg day no resulta tan doloroso el día después.

Únete a la marea del rodillo y empieza a rodar. Pasa tus piernas, tu espalda y tus brazos y verás que sensación más buena.

Cuando lo pruebes me cuentas.